Jumpers

En fast food, las colaboraciones se han vuelto rutina. Todas las marcas las hacen y cada vez sorprenden menos. El reto para KFC era no lanzar “otra más”, sino crear una que realmente destacara. La respuesta estaba en un tuit olvidado de 2021, donde un fan pedía una colabo con Jumpers. Tres años después, lo recuperamos y lo compramos por 10.000 €. Así nació la edición limitada KFC & Jumpers: nueva versión de La Sobrada, Jumpers Bites rellenos de queso y una salsa exclusiva. La estrategia fue no forzar un tono único, sino dejar que cada marca contara la historia a su manera.

La ejecución se activó solo en redes y canales propios, sin paid ni exteriores. Un hilo de Twitter, vídeos caseros en clave TikTok, cameos inesperados y humor absurdo bastaron para convertir un menú en un fenómeno. KFC convirtió el tuit en narrativa central: una negociación real con el fan que se desplegó como teaser, mockumentary y cheque gigante de por medio. Jumpers, por su parte, lo cerró en su universo con un nuevo “Anuncio a Pachas”, con el Coronel Sanders y su pelirrojo fusionándose al estilo Dragon Ball. Dos relatos distintos, unidos por el mismo lanzamiento.

En restaurantes, el impacto fue inmediato: +22,3 % en ventas comparables el primer fin de semana, con más de 350 burgers vendidas por local en siete días, agotando en tres semanas el stock previsto para tres meses. En conversación, la ola fue aún mayor: más de 40 millones de impresiones orgánicas, un pico histórico de descargas en la app de KFC (+227 % en un solo día), y cientos de TikToks y reels con 36 millones de visualizaciones. Para Jumpers, las búsquedas en Google se dispararon un +438 % y la intención de compra creció un +87 %. En definitiva, una colabo que no sonó a fórmula, sino a algo que solo podía pasar entre estas dos marcas.