Megabox
KFC

ESTRATEGIA↓
Tras siete años en el mercado, la promoción estrella de KFC, la Megabox "5 productos por 5€", sufría un gran desgaste. A pesar de la inversión, su comunicación en medios masivos se había vuelto genérica, perdiendo el tono irreverente de la marca. El reto era revitalizarla sin cambiar ni el producto ni el precio. La estrategia se basó en una idea simple pero potente: apoyarse en el conocido y popular tabú de la rima del número cinco en España. En lugar de hacer la broma, la campaña se construiría sobre la tensión de evitarla a toda costa. Se tomó la decisión de convertir el precio en un lenguaje propio a través de fórmulas (4+1, 3+2) y códigos compartidos con la audiencia. Así, se transformaba un mensaje puramente funcional en un juego cultural y humorístico, capaz de construir marca incluso en un formato promocional.
EJECUCIÓN↓
La campaña se desplegó a través de una serie de spots para TV y digital que funcionaban como sketches cómicos. En ellos, se mostraban situaciones cotidianas en los restaurantes donde tanto empleados como clientes se esforzaban con creciente incomodidad por no decir la palabra "cinco", generando un humor basado en la contención y la autocensura. Aunque el precio aparecía visualmente, nunca se verbalizaba. Esta lógica se extendió a todos los puntos de contacto, incluyendo una acción viral en redes sociales donde se "troleó" a la inteligencia artificial de X (Grok), que cayó en la broma y desató una conversación masiva. La estrategia de medios reforzó la idea, utilizando los formatos publicitarios como parte del chiste y maximizando el impacto de las piezas.
RESULTADOS↓
La campaña consiguió que una promoción táctica de precio construyera marca a niveles históricos. Logró picos récord de notoriedad (Awareness +2pp) y consideración (+4pp) para una campaña de este tipo, y el recuerdo publicitario se disparó un +53%. A nivel de negocio, el impacto fue rotundo: las ventas de la Megabox aumentaron un +13% respecto a oleadas anteriores y contribuyó a un crecimiento del +18% en las ventas totales de KFC, alcanzando la cuota de mercado semanal más alta de la historia de la marca (9,4%). La campaña se convirtió en la más viral de la historia de KFC, con más de 14 millones de impresiones orgánicas en 72 horas.
